20 de enero de 2021
Situación actual: Inicio → Municipio → Historia
Historia
El topónimo Arahal parece derivarse del árabe Ar-rahal, es un
término referido al lugar del camino donde parar a descansar, el espacio donde se guarda el ganado.
Hato o majada son sinónimos en Andalucía y Extremadura de arrahal o del real –recordemos la
expresión “el real de la feria de ganados”–. En Levante hace alusión también a la
finca e incluso al caserío. Este nombre genérico, tras la conquista cristiana, aparece ya
documentado como topónimo, y poco después este lugar así conocido es donado por Sancho IV a la
orden de Alcántara, como parte del término de Morón en 1285.

La población se halla situada sobre una suave colina en forma de
meseta en cuya cima, de extensa planicie, se asienta el casco histórico, aunque el pueblo actual se
expande por las laderas y vaguadas del entorno. El suelo es arcilloso con zonas de concreción
calcárea y en su término se pueden encontrar las tierras más productivas de la zona, tanto en la
producción de cereales, girasol, algodón y aceituna de mesa. Actualmente tiene alrededor de 20.000
habitantes que se dedican de forma equilibrada a los tres sectores básicos de la producción.
En el siglo XV debe ser ya un lugar de relativa importancia
cuando pasa con Morón a manos del Marqués de Villena, valido de Enrique IV y poco tiempo después,
en 1477, a la casa de los Téllez Girón, condes de Ureña y señores de Osuna. Este episodio viene a
ser un acto más del proceso de señorialización de Andalucía a fines de la Edad Media, tras el cual
buena parte de la región occidental pasará a manos de la alta nobleza. Desde entonces y hasta el
siglo XIX la villa formará parte del Estado de Osuna.
La concesión por parte de Carlos V del estatus de villa en 1554,
con término y concejo independiente de Morón, supuso para este pueblo su carta de naturaleza. Pero
los privilegios que le concedió el monarca sobre los nombramientos de los regidores municipales no
fueron bien vistos por la casa ducal, produciéndose a partir de este momento multitud de
pleitos encaminados a sustraerse del poder señorial, en el nombramiento de los miembros del
concejo. Como se ha podido comprobar gracias a los censos realizados durante el siglo XVI, la
población crece de forma notable hasta el punto de que a finales de siglo existen unos 1000
hogares, lo que supone una población aproximada de 5.000 personas. Conformándose desde ahora como
una localidad media de la Campiña andaluza.
El arraigado sentido de la autonomía municipal, ligado a sus
orígenes, le llevó a la compra de nuevos privilegios en tiempos de Felipe IV. El siglo XVIII es
también otro momento de expansión, tal como lo atestigua el urbanismo y los datos de población que,
en 1787, debían ser unos 7000 habitantes, según calculaba el ilustrado Gutiérrez Bravo en su
descripción de la villa. Efectivamente tanto el número de calles ocupadas como los edificios
conservados de finales del siglo XVIII, responden tanto a dicho aumento de la población, como al
auge económico producido por la mejora de las rentas agrarias.
El siglo XIX, como en el resto de Andalucía, producirá en Arahal
una sucesión rápida de cambios políticos y un empeoramiento paulatino de las condiciones de vida de
los jornaleros. Además de ser lugar de parada y fonda de numerosos viajeros románticos que vienen a
Andalucía buscando costumbres “primitivas” y exotismo oriental.

El carácter luchador de la villa, no se apaga y podría rastrearse en otros momentos de su
historia, haciendo protagonista al pueblo de diversos procesos revolucionarios frente a la
desacreditada monarquía, como los de 1857 y 1868, en donde se produjeron las primeras acciones que
se consideran iniciales del republicanismo y del movimiento obrero en la Campiña.
La magnífica ubicación geográfica, la proximidad a Sevilla,
mejorada tras la construcción de la autovía del 92, y el espíritu inquieto y emprendedor de la
población ha permitido un desarrollo muy rápido, una dinamización económica evidente en los últimos
años. Igualmente la protección del patrimonio ha mejorado a raíz de la declaración de conjunto
histórico en 1979, y de su ampliación y nueva delimitación con la declaración de Bien de Interés
Cultural en 2003.